lunes, 19 de noviembre de 2012

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(AGO. Invierno. Febrero de 2012)

Yo no sé por qué se muere en todo.

Pudiera ser quizá que la belleza

no nos parece hermosa más que un día.

miércoles, 8 de agosto de 2012

SEMIVERITAS

(AGO. Junto a Guadix. 2010)


Otra verdad que dicen

que es mentira: el tiempo.

Pero nadie ha sabido

llevarle la contraria.


miércoles, 11 de julio de 2012

Visitación

(AGO. Sol de mármol. Octubre 2010)

Alguien me ha pertenecido como una posesión.

Alguien me ha abandonado como a la lejanía de los muertos.

Por mi soledad transitan los monjes

más longevos,

monjes azules, de Santa Marta,

al norte de Florencia.

Y se escriben libros de otras edades,

libros canonizados con albúmina,

libros con versos tan antiguos como la oscuridad

para los ciegos,

libros encuadernados con el silencio

de los cirios.

Libros desheredados como el amor de un día.

Por mi soledad regresan peregrinos.

Alguien ha subido hasta mi corazón

y yo no estaba.

Alguien ha venido a morir en mi corazón

y yo no estaba.

Alguien ha llegado hasta mi corazón
                       
                        y yo no estaba.

                       Yo no estaba conmigo.

viernes, 25 de mayo de 2012

Ley de la palabra

(AGO. Paisaje en traspaso. Abril de 2012)


Yo no soy más grande que ninguno,
no poseo tampoco más riqueza.
Sino que al irse mi inocencia un día,
vi el camino del oro,
vi el camino de las posibilidades,
vi el camino de los devoradores,
vi el camino de la autodestrucción,
vi el camino de los acatamientos,
vi el camino de la desvergüenza,
vi el camino del miedo,
vi el camino de los reyes y de los tronos altos.
Y al irse mi inocencia un día,
miré a la libertad y fui tras ella.

Vi el camino sin ley de la palabra.

jueves, 24 de mayo de 2012

Desahucio

(AGO. ¿Cómo me verán? Abril de 2012)

Mi tristeza no cabe en este espacio.
Hoy mi mejor estancia es estar solo.
Hoy no entiendo a los hombres.
No siento nada.

martes, 28 de febrero de 2012

Luz última


(AGO. Vuelo bajo. Febrero del 2012)
Se acercaba la hora
y empezaron a darte
tristeza los manzanos
brotando, la luz
grande de abril,
su brisa, el planear
ligero
de los primeros pájaros.

La hora, sentías el punzar
de sus agujas,
llegaba terminando.